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martes, 1 de diciembre de 2009

Psicólogos, Psiquiatras y Otros Enfermos

Este ensayo es del último libro que he leido y me parece una buena oportunidad de recapitular todo lo que leí. Considero que el planteamiento ubicado en el ensayo es un estudio sobre la forma en la que somos todos al menos una ves en nuestras vidas.
1. Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos.

Madrid, España. Realmente no se qué año sea pero no estamos muy lejos de él, su nombre es Rodrigo Montalvo, tiene una esposa, dos hijos (Belén que es un armadillo y Marcos que es un guepardo), su padre, su madre, su hermana, un realmente extraño gato y su preciado e importantísimo cuñado.
Esta historia empieza realmente cuando se da cuenta de su parafasia y del problema que según tiene con los botones. Rodrigo es un tipo que realmente vive bien y que trabaja en la empresa que algún día su papa fundó, una empresa de elevadores. Su vida es un poco atareada y la vez tranquila hasta el hecho de que se da el lujo de poder orinar en el árbol de afuera de su casa sin ningún problema, a menos de que el problema sea que Arnold, el gato que ladra, orine cada noche siempre después de él en el mismo lugar.
A partir de los problemas que se le comienzan a formar a Rodrigo con lo de la parafasia y demás, después de acudir con su cuñado a quien realmente odia y quien realmente piensa que es perfecto y que su vida de la misma manera es tan sistematizada, podría llegar a ser un modelo de vida para cualquier persona hasta que se separa de Nuria, la hermana de Rodrigo. Ahí es cuando termina la magia y el odio por el cuñadito incómodo quien se va a vivir hasta el otro lado del charco, América.
Por otra parte Rodrigo comienza a visitar psicólogos y demás estereotipos de personajes quienes en lugar de ayudar al paciente, buscan que el paciente de alguna manera (además de la generosa cantidad que se paga por consulta) los ayude a salir de sus traumas e inseguridades que reducen su autoestima a simplemente nada.
La manera en la que Rodrigo lucha por su bien depende mucho de las enseñanzas que tiene uno de los entes o personajes menos notorios pero más inteligentes, su Padre, quien de verdad vive una vida sana, además de esto y lo más importante es que realmente supo lo que quiso cuando fue joven, lo que lo hace una persona senil felizmente viva.
Su padre quien es la primer persona que sabe sobre el diagnóstico que Ernesto escribe sobre las problemáticas que se supone que tiene Rodrigo, es quien realmente sabe lo que es la vida y lo que significa que un médico que conoces te diga lo que tienes. Rodrigo aprende que lo que más vale es un diagnóstico personal e interno, porque como yo siempre digo, “uno siempre sabe lo que tiene”.
Al final Rodrigo logra librarse de las cadenas médicas que atan su libertad por los miedos e inseguridades con las que vivimos todos los seres humanos, por ejemplo, cuando un médico te dice que morirás si te lo crees, estarás muerto antes de que estés sepultado.
Los médicos siempre tendrán una opinión de acuerdo a lo que perciban, pero más vale aprender y, realmente aprender que lo que importa es lo que nosotros tengamos como pensamiento. Tener y obtener un grado sano de autoestima es lo que hace que no creamos que nos vayamos a morir cuando tenemos cáncer, ni que estemos locos cuando nadie cree lo que decimos.
La situación coyuntural de este libro se desata en el momento en que alguien con una “capacidad de determinar problemas mentales” hace que el paciente se sienta enfermo solo por eso y que “alguien con capacidades de elección” se deje llevar por las situaciones de la vida.
La parte final de la historia me gustó mucho, y es cuando Rodrigo se da cuenta de que todos, absolutamente todos (incluyendo psiquiatras, psicólogos y demás enfermos) tenemos defectos y problemas mentales, así que no me queda de otra que ser lo más feliz que pueda con mis defectos y virtudes aprendiendo a manejarlas y a manipularlas para que todo siempre salga bien.

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